En el último año, hemos sido testigos de una situación sin precedentes, pues nadie podía imaginarse el pasado 13 de marzo de 2020 por lo que pasaríamos en los próximos meses.

Muchos pensaban que, con la primera ola y el fin del confinamiento estricto, todo volvería a la normalidad. Pero, nada más lejos de la verdad, hemos sufrido una segunda, tercera y, tal vez y si no aprendemos de nuestros errores en relación con la gestión de la pandemia, una cuarta.

Durante más de un año hemos acatado, en mayor o menor grado, la aplicación de restricciones y medidas de seguridad, empezando por el uso de mascarilla, gel hidroalcohólico y distancia social, pasando por reducciones de actividades sociales, cierres perimetrales y toque de queda, hasta el confinamiento domiciliario estricto en la primera etapa.

Actualmente, la incidencia en España disminuye, los casos parecen estabilizarse y las restricciones parecen ir en descenso, pero desde Sanidad advierten de que algunas medidas deben seguir vigentes durante más tiempo y que una apertura de las comunidades, podría volver a provocar subida de los casos y una posible cuarta ola. Aunque exista cierto descenso de los casos, los hospitales siguen en su máxima ocupación, pues es necesario seguir realizando tests, atender a los positivos y, por supuesto, cumplir con el calendario de vacunación.

La ciudadanía, por su parte, debe cumplir las medidas impuestas y, a nivel personal, ser diligentes, emplear el máximo cuidado y utilizar medidas de protección.