No todas las vacunas necesitan suministrarse en  dos dosis para crear una respuesta inmunológica adecuada y suficiente contra una enfermedad concreta. Solamente las vacunas basadas en pequeños antígenos, siendo el caso de las vacunas de  Moderna y Pfizer , basadas en ARN mensajero, necesitan de una dosis de refuerzo.

Lo que se ha ido observando, conforme ha avanzado el suministro de la segunda dosis y, sobre todo, durante los últimos días, es la generación de efectos secundarios en los receptores de ese recuerdo de la vacuna. Los efectos más comunes son dolores de articulaciones y cabeza, fiebre y cansancio, pero se han dado casos de personas que han sufrido mareos, vómitos, insomnio y dolores en todo el cuerpo, que han mitigado, todo ellos, al cabo de unas 24 horas y han terminado por desaparecer pasados dos días desde la vacunación.

Ha llamado la atención de científicos y sanitarios y así lo subrayan, el hecho de aparición de los efectos adversos más severos en las personas, en su mayoría jóvenes, que han tenido contacto previo con el virus y, por ende, ya habían generado anticuerpos.
Entonces, en el caso de esas personas, ¿no sería suficiente con una sola dosis y, lo que parece más preocupante, es peligroso para su salud y su integridad recibir la segunda?
Lamentablemente, surge el problema de control y cribado de la población que ha tenido contacto previo con el virus y ha generado anticuerpos, hecho, que parece, de momento, cuando menos improbable y difícil de realizar.

Por supuesto, la carga viral no es el único factor influyente, pues existen otras circunstancias que condicionan la reacción del organismo a  la vacuna, tales como la edad, la genética, la alimentación, el consumo o utilización de otros medicamentos, etc.

Lo que se puede afirmar con rotundidad es que la vacunación, a corto y medio plazo, ya sea con o sin efectos secundarios, no va a hacer desaparecer al virus. La imposición de restricciones va a estar presente, por lo menos, hasta finalizar el verano, mientras que la aplicación de medidas básicas como la precaución, protección y distancia social, nos acompañarán durante mucho tiempo, sin olvidar que la píldora más eficaz siguen siendo la concienciación y sentido común.